11 de mayo, 2022

Screwcap vs. Corcho

Los corchos han sido una herramienta fundamental para la botella del vino durante siglos. Pero existe otra manera que cumple la misma función de estos y es mucho más práctica para el consumidor, los Screwcap o también conocidos como ‘’tapa rosca’’. Descubre más aquí.

Un estudio por IPSOS (Investigación de Mercados) en el año 2014 concluyó que la tapa rosca es la elegida para los consumidores de vino en Europa, mientras que en Chile un 63% lo utilizan en sus botellas de vinos y en Nueva Zelanda un 95%.

¿Pero si es tan efectiva, por qué seguimos usando corcho?

Los corchos no solamente son considerados como un cierre tradicional dentro del ritual de abrir una botella de vino, si no que su función primaria es permitir la microoxigenación del vino. Existen diversos estilos de vinos que van de vinos más jóvenes de consumo inmediato a vinos para guarda, y en estos últimos gracias al corcho, las cantidades mínimas de oxígeno que traspasan en la botella permiten una evolución lenta y progresiva del vino, mejorando su calidad. Sin embargo el corcho a veces puede presentar defectos, tal como el TCA (Tricloroanisol) que al tratarse de un elemento natural que proviene de un árbol, a veces presenta defectos los cuales alteran por completo las propiedades de olores y gustativas del vino. Cuando un vino está contaminado con TCA, se ha deteriorado y tendrá un sabor a húmedo, a cartón, o a papel, y en ocasiones tendrá un olor desagradable, decimos que está “acorchado”.

Otro de sus problemas puede ser la falta la falta de humedad, que puede secar en exceso al corcho, provocando la rotura del mismo. Al pasar esta situación, la gran cantidad de aire que recibirá el vino será dañino para él y no podrá ser ingerido, ya que tendrá unas concentraciones excesivas de ácido acético. Como solución a este problema, se recomienda guardar la botella de forma horizontal para que el corcho tenga contacto con el vino y así evitar que el tapón no se reseque, pero con los la tapa rosca no es necesario, se puede conservar de manera vertical o como uno desee, pero no por décadas, como el corcho.

Otra diferencia clave entre estos dos tipos de cierre es que el corcho puede conservar vinos embotellados en buen estado durante más de diez años, mientras que la tapa rosca no tiene esa ventaja, ya que está hecho de aluminio, una vez que ya esté abierto no durará más de dos semanas.

El Enólogo Jefe de Viña Errázuriz, Tomás Muñoz, nos comenta que, “la tapa rosca permite un cierre de buena calidad en el que no se busca una entrada de oxígeno que participe en la evolución del vino, como es el caso del corcho. Esto lo hace un excelente tipo de cierre para vinos jóvenes de consumo rápido. En el caso de nuestros Sauvignon Blanc y Chardonnay, buscamos guardar la expresión aromática pensando en un consumo no mayor a los 3 años. En cambio, en vinos donde buscamos favorecer la evolución y guarda, utilizamos corcho.” Además agregó “esto no quiere decir que los vinos con tapa rosca no puedan resistir una guarda de más de 3 años, pero ese tipo de cierre no está pensado en favorecer la evolución del vino. De cualquier manera ese vino conservado en buenas condiciones, podría cambiar de forma favorable con el paso de los años”.

Gracias al perfecto sellado de la topa rosca, es importante señalar de que el cuerpo del vino, el aroma y los atributos en el paladar no se ven afectados, se conservarán sin problemas, aislando de forma efectiva todo tipo de factor externo que pudiese modificar estas tres. Además, podrás abrirlo donde sea, sin la necesidad de ocupar un accesorio.

Viña Errázuriz decide usar tapa rosca principalmente en sus variedades blancas como el Sauvignon Blanc y la mayoría de sus Chardonnay, en todas sus líneas desde Aconcagua Costa, hacia MAX, Aconcagua Cuvée y Estate.