Seña fue creado como una alianza internacional entre Eduardo Chadwick y Robert Mondavi en 1995, con el sueño de crear un vino que diera a conocer el gran potencial de Chile, un vino que sería bienvenido en el tiempo, entre los grandes vinos del mundo. Inspirado en el estilo bordelés, con un alma chilena gracias a la cepa Carmenere, cultivado bajo los principios de la agricultura biodinámica en el Valle de Aconcagua.
Seña 2010, despliega en nariz frutos rojos y negros frescos. Luego, aparecen notas a tabaco, cedro con ligeros toques especiados y orales. En boca se muestra tan complejo como en nariz, los sabores se entrelazan con su estructura firme y taninos finos que en armonía con su buena acidez, auguran una hermosa evolución en botella.